Al ver la tarde nublada recuerdo la tristeza de tu cara de aquel día que nos separamos, de aquel día que nos terminamos, los ojos llenos de amor rogando que todo fuera diferente deseando que sea lo mejor, esperando que aquella decisión cambiara en un instante, mostrando un nuevo amanecer y volviendo a fortalecer este amor.
Las gotas en mi ventana reviven cada una de mis lagrimas diciéndome entre líneas y quebrantos que cada lagrima derramada es un te quiero, es un te amo, es la ilusión de lo que pudo ser es la decepción de que nos rendimos de que no luchamos por nuestro amor.
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